Amazonía brasileña registra el mes de abril con menos deforestación desde 2019
La deforestación en la Amazonía brasileña registró el mejor mes de abril desde 2019, con solo 329 kilómetros cuadrados afectados, en la primera gran reducción de la devastación de la mayor selva tropical del planeta.
Según datos preliminares del estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), las alertas de deforestación en abril correspondieron a un área un 68 % inferior a la registrada en 2022, que fue de 1.026 kilómetros cuadrados.
Se trata del mes de abril con la menor área de alerta de deforestación desde 2019. En ese mismo mes del primer año del ultraderechista Jair Bolsonaro, el área abarcó 247 kilómetros cuadrados. Desde que empezaron las mediciones con ese sistema en 2016, la media para el mes de abril era de 455,75 kilómetros cuadrados.
Los datos de abril revierten dos meses consecutivos de aumento de la deforestación y suponen una victoria para el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegó al poder con la promesa de reducir la tala y otros crímenes ambientales para 2030.
El actual mandatario también se propuso revertir el "desmonte ambiental" ejecutado por Bolsonaro, quien en sus cuatro años de gestión promovió la explotación comercial de la selva, incluso en las áreas protegidas.
En sus primeros meses de gobierno, Lula reactivó el Fondo Amazonía, una iniciativa internacional para terminar con la deforestación y respaldada por Noruega, Alemania, EE.UU. y el Reino Unido, y retomó la demarcación de tierras indígenas, vitales para la conservación de la selva.
Ambientalistas y expertos advierten, sin embargo, que todavía es pronto para saber si esa reducción se convertirá en tendencia, cosa que debería confirmarse en los próximos meses, entre mayo y octubre, que suelen ser los que tiene más deforestación.
"Recibimos los números de abril como una señal positiva, pero lamentablemente todavía no podemos hablar de una tendencia a la baja en la deforestación en la Amazonía. Los números están en un nivel muy alto y la estación seca, que favorece la deforestación, no ha comenzado", explicó Mariana Napolitano, Gerente de Conservación de WWF-Brasil.
Los datos de la Amazonía contrastan con los del Cerrado, la llamada 'sabana brasileña', el segundo mayor bioma de Brasil, que alberga una de las mayores biodiversidades del planeta.
Los datos preliminares del INPE muestran que, en este bioma que alimenta ocho de las 12 principales cuencas hidrográficas brasileñas, las alertas de deforestación abarcaron un área de 2.206 kilómetros cuadrados entre enero y abril, la peor cifra acumulada de esos meses desde que empezaron las divisiones.
El Cerrado tiene una gran presión agrícola, sobre todo de la soja y pecuaria, y tiene una regulación más flexible para su explotación que la Amazonía.
"La deforestación amenaza la seguridad hídrica de las grandes ciudades y en especial del sector agrícola, que necesita un régimen de lluvias seguro para mantener su productividad", explicó Edegar de Oliveira, director de Conservación y Restauración de Ecosistemas de WWF-Brasil.