Dara Calustro: “En China aprendí que la tradición puede coexistir con la innovación”
Fabiana Dara Calustro Rosas, periodista del Grupo Multimedia Los Tiempos, La Prensa y El Alteño, regresó recientemente de China tras recibir una beca del Centro Internacional de Prensa de Comunicación de China (Cipcc). Durante más de cuatro meses, tuvo la oportunidad de conocer la cultura, la política, la tecnología y el día a día del gigante asiático.
En esta entrevista, comparte con la Revista OH! sus vivencias, aprendizajes y reflexiones sobre cómo este viaje cambió su perspectiva personal y profesional.
- ¿Cómo te animaste a postularte para esta beca en China?
- Siempre he tenido la inquietud de abrirme al mundo, conocer otras culturas y aprender de ellas. Sentía que esta era una oportunidad única para prepararme internacionalmente desde mi rol como periodista. Afortunadamente, conté con el apoyo del Directorio de la empresa, la Gerencia y de la directora del periódico, en ese momento, July Rojas, quien creyó en mi potencial y me alentó a participar y tomar esta oportunidad profesional.
La beca selecciona a un periodista de cada país entre más de 120 naciones, lo cual significó una gran responsabilidad, no sólo representando al periódico, sino también a Bolivia entera.
- ¿En qué consistió esta beca?
- La beca fue otorgada por el Cipcc, un departamento de la Cancillería China, y está diseñada para que los periodistas internacionales conozcan la realidad de China desde múltiples perspectivas: cultural, económica, social y política. La mayor parte del programa incluyó actividades turísticas y visitas a eventos importantes como el Foro de Cooperación China-África, donde aprendimos sobre las políticas chinas para apoyar a África en la erradicación de la hambruna y el apoyo al desarrollo de recursos.
Además, recibimos capacitaciones sobre las tradiciones chinas, sus etnias, la religión, la escritura y su idioma. Cada día nos sumergíamos en una experiencia diferente. Este programa busca romper los estigmas y cambiar la narrativa que a veces se tiene sobre China en los países occidentales.
- ¿Cómo fue la preparación para un viaje de esta magnitud?
- Sabía que enfrentaría un choque cultural fuerte, pero decidí ir con la mente abierta. Quería vivir por mí misma lo que tanto había escuchado sobre China, incluyendo sus diferencias en la sociedad, la gastronomía y el estilo de vida en esta parte del mundo.
- ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones al llegar a China?
- Lo primero que me impresionó fue el orden y la disciplina. Desde que bajé del avión, noté la organización en cada detalle. La seguridad es otro aspecto que destaca. Beijing, por ejemplo, se está posicionando como uno de los lugares más seguros del mundo y es porque realmente cada persona trabaja en sí, sigue su rol de manera disciplinada y respeta las normas, lo que crea un ambiente de orden y estabilidad en todos los niveles. Es algo que realmente impacta cuando vienes de un contexto diferente como el nuestro.
- ¿Qué diferencias culturales notaste entre China y Bolivia?
- La disciplina y el respeto por las normas son las principales diferencias. . Sin embargo, algo que hay que reconocer es que en China, a pesar de los avances, la contaminación sigue siendo un problema en algunas ciudades. Si bien se trabaja en la limpieza del aire, todavía se siente la contaminación . Extrañé mucho nuestro cielo celeste y la comida fresca de Cochabamba, ya que en China el consumo de transgénicos y productos químicos es muy alto. Sin embargo, fue fascinante ver cómo la tecnología y la organización social compensan esos desafíos.
- ¿Cómo te adentraste en la gastronomía china?
- Fui con la mente abierta y descubrí que China tiene una de las gastronomías más diversas del mundo. Cuenta con ocho especialidades culinarias principales, que abarcan desde sabores dulces hasta picantes. Aunque escuché muchos mitos sobre lo que comen en China, nunca vi algo tan extremo como lo que se dice.
Eso sí, me animé a probar escorpiones y orugas en lugares específicos, aunque recalco que son lugares muy escondidos y que ni la misma población china se anima a probarlos, es más para el gusto extranjero. También noté similitudes con nuestra comida, como el uso del camote y los guisos. Aunque sus platos suelen estar más condimentados.
- ¿Tuviste algún conocimiento del idioma antes de viajar?
- No tenía ni una base del idioma. Hoy el fuerte sabemos que el idioma universal de comunicación es el inglés, del cual sí tengo una base preparada para poderme desenvolver y, a suerte mía, el inglés era el idioma oficial del programa porque compartíamos las clases y capacitaciones con periodistas de todo el mundo. Eso me mantuvo más tranquila, además teníamos asistentes traductoras.
- ¿Qué te sorprendió más de la tecnología en China?
- La tecnología en China está en un nivel impresionante. Vi robots limpiando supermercados, taxis autónomos, servicios robotizados en hoteles y el uso de la inteligencia artificial en diferentes aspectos, incluídos el periodismo. Todo está diseñado para facilitar la vida de las personas. Además, el gobierno apoya mucho a los jóvenes talentos, invirtiendo en ellos, permitiéndoles soñar, para que desarrollen nuevas ideas y tecnologías.
- ¿Tuviste alguna experiencia curiosa o graciosa durante tu estadía?
- Una experiencia inolvidable fue cuando un indigente me pidió dinero al salir de un restaurante. En China casi no se usa efectivo, todo es digital, no tenía cómo darle dinero, y cuando intenté ofrecerle comida, sacó un código QR para que le hiciera una transferencia. Me quedé tan impactada que ni siquiera pude reaccionar antes de que me robara la comida.
- ¿Qué aprendizajes personales y profesionales te dejó esta experiencia?
- Lo que más me marcó fue ver cómo China sincroniza y sincretiza su tradición cultural con su política, su economía y con el vivir de su sociedad, sin perder sus raíces. Es algo que me llega en lo profundo porque soy una persona que ama y se siente tan orgullosa de la cultura boliviana porque somos una cultura milenaria, al igual que China. Tenemos tantas tradiciones que, en esencia, esa es nuestra mayor riqueza como país.
- ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes bolivianos que sueñan con experiencias internacionales?
- Atrévanse a salir del país, no porque no amen Bolivia, sino porque quieren aprender de otras culturas para mejorar nuestra sociedad. Las oportunidades están ahí; sólo hay que buscarlas y aprovecharlas. Viajar y conocer otras realidades es una experiencia transformadora que puede enriquecer tanto nuestra vida personal como nuestra visión profesional.