Luciel Izumi. La fuerza femenina del charango
Luciel Izumi, una destacada charanguista boliviana, logró abrirse camino en el mundo musical boliviano. En exclusiva con la Revista OH! Luciel nos llevó a un viaje a través de su vida, compartiendo su conexión con el charango, un instrumento que considera su verdadera voz.
Su carisma y talento no sólo la llevaron a ser reconocida a nivel nacional e internacional, sino que también la convierten en un referente para muchas mujeres que aspiran a dejar su huella en la música.
El Inicio de su pasión
Luciel comenzó su carrera musical a los 11 años, influenciada por su familia. “Gracias a mi hermano y a mi mamá, que me inculcó la música desde muy chiquita”, recordó.
Su primer contacto con el charango fue un regalo de su hermano, quien regresó de Londres con un instrumento que cambiaría su vida. “Me dijo: ‘No sabes cuánto extrañaba la cultura del país. Entonces quiero que tú toques el charango junto conmigo’”, compartió Luciel, recordando ese emotivo encuentro familiar.
Otro de los momentos más significativos en su carrera fue ver al maestro William Centellas en concierto. “Para mí, algo alucinante, porque el maestro era muy alto. Ver al maestro tocar increíbles canciones al frente de un escenario, ahí es cuando yo me enamoré mucho del instrumento”, recordó la charanguista. Este encuentro no sólo encendió su pasión por el charango, sino que también le brindó un modelo a seguir en un campo dominado por hombres.
SU PILAR
La figura de su madre, Lilian Núñez Velázquez, ha sido esencial en su desarrollo artístico. “La influencia de mi mamá ha sido la más importante... siempre se ha desenvuelto en el área cultural”, afirmó Luciel.
Sin embargo, el último adiós a su gran maestra fue uno de los desafíos más grandes de su vida. A pesar de la tristeza, Luciel encontró la fuerza para seguir adelante gracias al legado que su madre le dejó. “Ha sido muy difícil y yo les entiendo a las personas que pierden a su familia, a sus familiares, es un duelo muy grande. He estado como un año casi sin tocar realmente”, cuenta.
También destaca el apoyo incondicional de su pareja el saxofonista Ruddy Barrancos que estuvo a su lado incentivando su crecimiento profesional.
Por otro lado, Luciel enfrentó numerosos desafíos como mujer en la música. Comenta que “las exigencias para una mujer músico son mucho más, tienes que ser cantante, tienes que tocar un instrumento”.
Sin embargo, ella decidió que el protagonismo debe ser del charango: “Quiero mostrar el charango, que el protagonismo sea el charango y las manos de una mujer que lo interpreten”.
Solidaridad
Recientemente, Luciel utilizó su plataforma para ayudar a otros con una campaña solidaria por fin de año. “Justo hace una semana fue un concierto que dimos, donde todo lo recaudado, que seguimos teniendo, lo vamos a dar en estos días a los niños de escasos recursos”, explicó.
QUEDA MÁS POR HACER
Mirando hacia adelante, la artista tiene grandes planes. “Estoy pensando igual sacar como un pequeño EP de boleros, proyectando viajes para mostrar más la música boliviana al mundo”, reveló. Por otro lado, su compromiso con la enseñanza también es notable. “Es inevitable dar clases cuando estás viviendo de la música”, menciona.
Luciel Izumi no sólo es una talentosa charanguista; es un símbolo de empoderamiento femenino en la música boliviana.
Su historia es un testimonio de perseverancia y pasión, inspirando a futuras generaciones a seguir sus sueños musicales. Como ella misma dice: “El charango es mi voz”, y con cada acorde, continúa resonando en los corazones de muchos.