Bicentenario de Bolivia. Un viaje a través de la historia
El Bicentenario de Bolivia no sólo marca dos siglos de independencia, sino que también invita a reflexionar sobre la identidad, la diversidad y los desafíos que enfrenta el país en la actualidad.
Al recordar el estallido de la Revolución de Chuquisaca en 1809, se desvela un rico tapiz de eventos históricos, personajes emblemáticos y luchas que han dado forma a la identidad nacional.
Esta revolución, considerada el inicio del proceso independentista, no sólo simboliza el anhelo de libertad de un pueblo, sino que también resalta las complicaciones sociales y políticas que han caracterizado a Bolivia a lo largo de su historia.
La historiadora de la Universidad Católica Boliviana San Pablo Paola Revilla aporta una visión profunda sobre el papel de la ciudad de Sucre, conocida en la época colonial como La Plata, en este proceso. “En el periodo colonial, la plata tuvo un papel protagónico en el proceso de emancipación hacia 1809. La Revolución del 25 de Mayo de 1809 dejó ver que la erudita justificación jurídica del derecho al autogobierno de La Real Audiencia de Charcas no quedaba en la letra y que pronto se expandiría por el resto del territorio y del continente americano”, explica Revilla.
Esto subraya que la Revolución de Chuquisaca no fue un evento aislado, sino el punto de partida de un movimiento mucho más amplio que influiría en toda América del Sur. Además, resalta la relevancia de la ciudad como epicentro no sólo de la lucha, sino también de la construcción de la república boliviana, ya que en 1825 se firmó allí el acta de independencia del país.
Uno de los aspectos menos conocidos de la independencia boliviana es que el levantamiento en Chuquisaca fue uno de los primeros movimientos independentistas en América del Sur. Aunque muchas personas asocian la independencia con figuras como Simón Bolívar, es importante destacar que las primeras semillas de resistencia se plantaron en esta región. Además, el proceso no fue lineal, ya que estuvo marcado por una serie de conflictos internos y alianzas temporales que complicaron la lucha por la autonomía.
PERSONAJES
Antonio José de Sucre es recordado como uno de los líderes más destacados del movimiento independentista. Su papel en la Revolución de Chuquisaca fue fundamental, ya que no sólo lideró a las tropas patriotas en varias batallas, sino que también fue un mediador clave entre diferentes facciones.
Revilla también hace énfasis en la importancia de las gestiones de figuras como Casimiro Olañeta para la independencia. “Gracias al ímpetu de las gestiones de varios juristas charquinos, principalmente de Casimiro Olañeta ante Antonio José de Sucre y Simón Bolívar, Bolivia nació como república independiente de la antigua tutela de Lima y Buenos Aires”, afirma.
Simbolismo del Bicentenario
En el contexto del Bicentenario, es importante no sólo recordar a los grandes líderes, sino también reflexionar sobre los desafíos actuales que enfrenta el país. Revilla destaca la necesidad de un enfoque más inclusivo y crítico en la narrativa histórica.
“La independencia no es sólo una fecha, sino un proceso largo, de toma de conciencia de las posibilidades de autogobierno. La acción emancipadora no puede ser reducida a los años de guerra en los que más ha concentrado la atención la narrativa histórica. Hombres y mujeres provenientes de diferentes sectores de la población usaron diferentes mecanismos de pronunciamiento individual y colectivo”, agrega.
Por otro lado, Sayuri Loza Palenque, historiadora e hija de la primera mujer de pollera en llegar al parlamento en 1989, también comparte una visión crucial sobre el contexto histórico de Bolivia y su desarrollo posterior.
En una entrevista exclusiva con la Revista OH!, destacó cómo el papel de La Paz fue fundamental en el siglo XX para la configuración política y económica del país. “La Paz se constituye en el eje del país y se vuelve el centro por todo el siglo XX. Es aquí donde se toman las decisiones claves y donde se han dado los cambios más significativos para Bolivia”, sostiene.
Además, Loza señala un hecho clave para la historia económica de Bolivia, resaltando el descubrimiento del estaño en 1909: “Este hallazgo de la gran beta salvadora de Patiño no sólo transformó la economía, sino que reposicionó a Bolivia en el mercado mundial, convirtiéndola en uno de los principales exportadores de estaño del mundo”. Este momento, según Loza, fue un hito que transformó ciudades como Oruro, que se vio como un centro económico potente gracias a la minería.
PUEBLOS INDÍGENAS
A medida que Bolivia se prepara para celebrar su Bicentenario, enfrenta diferentes desafíos, y uno de los principales es la inclusión efectiva de las voces indígenas en el relato nacional.
La historia oficial a menudo ha marginado las contribuciones y luchas de estos pueblos, lo que plantea preguntas sobre cómo construir una narrativa más inclusiva que refleje la diversidad cultural del país.
Revilla señala que la sociedad colonial estuvo fuertemente estratificada y discriminó a la población según su origen. “Aunque no podemos generalizar, no cabe duda de que la mayor parte de quienes tenían ascendencia indígena y afrodescendiente participaron de esta realidad. Muchas de estas personas se sintieron identificadas y participaron de la lucha por la emancipación”, explica.
Loza también comenta sobre la importancia de reconocer todas las identidades bolivianas, considerando que la constitución de 2009 abrió puertas a las visiones de los pueblos indígenas, “pero creo que el desafío radica en integrar estas identidades dentro de un concepto unificado de la nación boliviana”, expresa, subrayando la importancia de un país inclusivo y cohesionado, sin dejar de lado a aquellos que históricamente han sido marginados.
HITOS HISTÓRICOS
Desde una perspectiva histórica, varios hitos deberían ser destacados durante las celebraciones del Bicentenario. Entre ellos se encuentran las Juntas de Gobierno que marcaron el inicio del proceso independentista, las batallas decisivas lideradas por Sucre y Bolívar, así como los movimientos sociales que han luchado por la justicia social a lo largo del tiempo.
Para Revilla, es más relevante analizar los procesos históricos que los hitos individuales. “El atreverse a llevar adelante un cambio de régimen tras la declaración de independencia de 1825 nos recuerda que no hay peor mañana que el de quien no se indigna y toma acción ante los abusos”, enfatiza.
Como indica Revilla, “más que una celebración, el Bicentenario debe ser un momento de reflexión. La celebración de las victorias armadas será vana si no hay un espíritu autocrítico que guíe la rememoración de los dos siglos de vida en conjunto”.
Loza también ofrece un mensaje para los bolivianos en el marco del Bicentenario: “A pesar de las crisis y los desafíos, Bolivia ha superado grandes adversidades. En este Bicentenario, debemos recordar que nuestra historia nos ha formado como nación, y aunque tenemos muchas diferencias, es el momento de unirnos como bolivianos para enfrentar lo que viene”.
Actividades por el Bicentenario de Bolivia
Las celebraciones del Bicentenario de Bolivia, que marcan los 200 años de independencia, comenzaron en diciembre de 2024 en la plaza principal de la ciudad de Sucre.
A lo largo de este año, continuarán diversas iniciativas dentro del marco de la Agenda del Bicentenario, que incluye más de 300 actividades académicas, artísticas y culturales diseñadas para resaltar este importante hito en la historia del país. Asimismo, se anunciaron proyectos museísticos, de salud y otros.