
EN VOZ ALTA
Una pesquisa a vuelo de pájaro en las noticias tan sólo desde junio de este año provee suficiente evidencia de cuánto ha crecido el narcotráfico aquí. Será esa la inspiración de la festiva consigna de los dueños del poder: “somos el Gobierno de la industrialización”.
¿Con quiénes anda el régimen masista más allá de Latinoamérica? ¿A qué montes tira esta cabra azul? Revisemos evidencias.
El 11 de julio se cumplió el 2º aniversario de las protestas de la ciudadanía cubana que salió a las calles para reclamar por la extrema opresión y miseria, resultado del modelo aplicado desde 1959. La respuesta de los detentadores del poder fue más y más represión, llegando el número de presos políticos en junio pasado a 1.057, como lo confirma la ONG Prisoners Defenders.
A pocos días de ser posesionado como comandante Departamental de la Policía de Tarija, el Cnel. José Illanes hizo declaraciones públicas sobre la proliferación de accidentes de tránsito. Se dirigió en especial a los motociclistas, a quienes insinuó repetidas veces que, por favor, se pongan casco para conducir estos vehículos en función de su seguridad y eviten rebasar a otros vehículos en su circulación por las calles y avenidas por el lado derecho, para no provocar hechos que derivan en lesiones y hasta muerte de personas.
Gonzalo Sánchez de Lozada, expresidente constitucional de Bolivia, sacudió el escenario político el domingo pasado cuando publicó su propuesta de una nueva Constitución desde EEUU donde vive en el exilio hace 19 años. Se han multiplicado opiniones al respecto, dejando claro el impacto de su iniciativa que hacen de ella una invitación al debate siendo deseable que venga con base en reflexión e información.
El 30 de mayo último, la organización Prisoners Defenders (PD) presentó el Primer Estudio Integral sobre la Tortura en Cuba. Javier Larrondo, su presidente, afirmó que se demuestra que el régimen cubano “tortura vilmente a todos, a todos y cada uno de sus presos políticos”, con base en 168 casos aleatoriamente tomados y otros 14 seleccionados.
El 6 de junio de 2017 se agotó el hálito de vida de uno de los personajes más notables y controvertidos de la política boliviana desde los años 80 del siglo pasado, cuando fue expulsado del Partido Obrero Revolucionario (POR) mediante una sentencia sin debido proceso dictada por su propietario y jefe, Guillermo Lora, por el delito de resistirse a ser un hombre-masa, carente de criterio y voluntad independientes.