
RECUERDOS DEL PRESENTE
El nuevo Ministro de Defensa ha dicho que en el país se debería descartar terminantemente cualquier posibilidad de que se creen milicias armadas.
“No concibo que exista una fuerza irregular en el país al margen de lo que ordenan las leyes”, ha dicho Edmundo Novillo.
Está pisando arenas movedizas el flamante ministro, pues la idea de crear esas milicias fue lanzada por el propio cocalero Morales, desde Buenos Aires, en enero pasado.
Debe ser muy duro para un presidente electo enterarse de que su elección fue resultado de un procedimiento irregular, que le dio la victoria cuando, en realidad, no la merecía.
Y debe ser difícil ponerse a gobernar un país de personas reales, de carne y hueso, cuando has sido elegido en medio de una ficción, de cifras manejadas por computadoras que te atribuían votos que no eran los tuyos.
De pronto, como resultado de unas elecciones muy dudosas, con resultados que no los traga nadie, Bolivia debe cambiar de bando, y volver, después de un año, al bando de países como Irán, China, Rusia y sus satélites, como ser Cuba y Venezuela.
Por lo que se sabe hasta ahora, vendría a la fiesta un rey, el de España, y el presidente Juan Guaidó, de Venezuela. pero no muchos más de la región, muy lejos de alcanzar los dos tercios.
Pero con simple mayoría de jefes de gobierno se podrá hacer la fiesta que ha sido organizada por dos mujeres que no se pudieron ver en el último año, como las suegras de una boda.
Acaba de nacer, gracias a la muy honorable justicia boliviana, un nuevo derecho humano –también inspirado en el cocalero Evo Morales– similar al de la reelección indefinida.|
El juez Ramón Castro, primero de instrucción en lo penal de La Paz, ha dispuesto que la orden de aprehensión del cocalero por haber ordenado el cerco de las ciudades para que no reciban alimentos, “vulnera sus derechos fundamentales”.
Es mucho más complicado que hacer la lista de los invitados de una boda. En este caso, los padrinos son muchos, y de muy variados gustos.
Hay unos que quieren invitar a los jefes de Hezbolá o los herederos de Al Qaeda, y los de la tendencia contraria piden invitar al comandante del comando sur de EEUU, dos opciones excluyentes. Desde el lado de los islámicos, los moderados se contentarían con el canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, y desde el otro bando querrían que viniera Mike Pompeo, una figura equivalente.
En los últimos meses se ha demostrado que el exministro de economía Luis Arce Catacora puede ganar elecciones en Bolivia con mayor facilidad que su caudillo, el cocalero Morales.
Hace un año, el cocalero había echado mano a un complejo sistema de fraudes cruzados, pero no pudo ganar a Carlos Mesa, y estaba condenado a ir a una segunda vuelta, lo que le acobardó y terminó huyendo del país.
Las elecciones han venido a desnudar el entramado de alianzas que se ha creado en torno del partido del cocalero Morales, lo que permite reconstruir, por lo menos en parte, a la “transnacional del crimen organizado”.
A ver. Han llegado al país, desde España, unos “observadores” del partido Podemos que, antes de partir de Madrid, dijeron que venían para ver lo que ocurría en un país donde se produjo un golpe de Estado y donde los militares gobernaban acompañando a una usurpadora.
Nunca me ha gustado tocar temas por los aniversarios, pero esta vez son demasiados y tengo que sucumbir.
El Che Guevara, en 1967, el 8 de octubre, herido y con un fusil Garant M1, convertido en M2 por él mismo, que no funcionaba, por supuesto, gritó “no me maten, soy el Che”. Final triste para un héroe que había fusilado a cientos de cubanos en La Cabaña. Y había matado a un niño que lo desafió a que lo matara por la espalda, apuesta que el “guerrillero heroico” ganó porque le disparó en la nuca.
Los candidatos del MAS están anunciando que, si llegaran a perder las elecciones, tomarían el poder “en las calles”, lo que anuncia una guerra, porque para lograr ese propósito tendrían que derrotar a la mayoría de los bolivianos.
El anuncio belicista se produce a pocos días de la propuesta hecha por el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, para conformar en el mundo una “coalición global” para enfrentar a China, un país que amenaza a las sociedades democráticas, según sus palabras.