Pareciera un asalto sostenido y masivo detrás del que hay una sola y gran mano. El modus operandi de los avasallamientos de tierras en Bolivia se muestra cada vez más organizado, agresivo e impune. Frecuentemente, estas ocupaciones se inician con visitas de modernos motorizados a determinados predios, a veces son dos; a veces, una caravana de cuatro o cinco. Luego, días más tarde, surgen vehículos más humildes y motocicletas que merodean la zona con progresiva frecuencia, se paran, bajan algunos individuos y fisgonean.