Tenía 23 años, grandes ojos verdes y un pelo rapado que se convirtió en su seña de identidad. Igual que su voz arrasadora y sus vaivenes emocionales. Las lágrimas que Sinéad O’Connor (1966-2023) dejó caer en el parque de Saint-Cloud de París, donde rodó el famoso videoclip de Nothing Compares 2 U, eran para su madre, muerta cinco años antes en un accidente, una madre que la maltrató.