España y Alemania, únicas de las grandes selecciones que han cumplido con el expediente gracias a un fútbol a ratos brillante y contundente, afrontarán los octavos de final como el espejo en el que deberían reflejarse el resto de equipos con nombre cuyo paso por la fase de grupos ha estado marcado por la vulgaridad, la lluvia de críticas y hasta la irrelevancia: Francia, Inglaterra, Portugal, Bélgica, Países Bajos e Italia no son los mismos de tiempos pasados no muy lejanos.