Alejandro Quiroga: Mi mente no está limitada a seguir o conseguir galardones
El filme “Los de abajo”, del cineasta tarijeño Alejandro Quiroga, tiene hasta la fecha dos galardones en su haber y su director no descarta seguir cosechando estrellas, aunque admite que su mente no está limitada a seguirlos o conseguirlos.
¿En qué se inspiró para llevar adelante el filme Los de abajo?
La inspiración nació cuando fui a la hacienda familiar, en donde vive un tío. Ahí me encontré con el terreno muy seco y le pregunté por qué estaba así. Me respondió diciéndome que las haciendas que se encuentran geográficamente más arriba le desviaron el agua, razón por la que no les llegaba el líquido. Entonces, me puse a pensar cómo una persona que está situada geográficamente un poco más arriba tiene el poder de desviar una acequia y afectar a una familia que está abajo. Es una paradoja, no solamente geográfica, sino social, económica en el campo, y me dije: “Wow aquí hay una película”. También me inspiré en las relaciones personales para la interpretación de los personajes.
¿La experiencia familiar está reflejada tal cual en la película?
La experiencia familiar está reflejada en la película, pero a partir de los personajes, es decir, yo plasmo a lo que creo ha sido mi padre, mi madre, mis abuelos, y lo que sentí de niño. No es una película autobiográfica, pero si es personal.
¿Cómo fue el proceso de selección de los personajes?
Ha sido principalmente basado en la confianza. El primero en aparecer fue Fernando Arze, le presté el guion y le gustó el personaje de Gregorio, por lo que me dijo: Yo quiero ser Gregorio. Recuerdo que le pasé el guion después de un taller de actuación al que asistí y que él era el docente.
¿Fue muy complicado escribir el guion?
No fue complicado, lo que sí fue es levantar credibilidad en mis inicios porque era mi primera película, mi primer guion y siempre es difícil empezar, mucho más en Bolivia, en donde no hay apertura ni respeto por la actividad artística.
¿Coméntenos un poco de Rosillas?
Rosillas es el pueblo de donde viene la familia de mi padre, un lugar adonde fui muchas veces acompañando a mi padre, abuelo, a mi familia. Es un lugar muy importante para mí, no por sus características geográficas porque es un lugar hermoso, sino porque me dejó una nostalgia familiar que intenté plasmar en la película, y creo que yo me debía a esa población para hacer un filme, estoy contento de haberlo logrado. Rosillas es muy frío en invierno y muy caliente en verano, está rodeado de acantilados, montañas, es un paraíso para los cóndores.
¿Los de abajo erige como una metáfora geográfica para conferirle cuerpo a la desigualdad?
El motivo por el que me llamó la atención escribir “Los de abajo” es por la situación geográfica y socioeconómica a partir de privilegios que existen en gente que está situada más arriba geográficamente y también socioeconómicamente, y que pueden coartar los poderes de un pueblo.
¿Cuán importante fue el aporte de Fernando Arze y Luis Bredow para desarrollo del proyecto?
La capacidad actoral que tienen estos dos fenómenos, me parece que son los mejores actores de Bolivia porque ejercen su oficio de manera ejemplar, puesto que leen el guion desde otra perspectiva, encuentran sentido donde a lo mejor el director no lo ha pensado. Trabajar con gente que tiene ese dominio facilita la dirección.
¿Espera más galardones, al margen de los dos que tiene en su haber la película?
Sería lindo tener más galardones, pero para eso hay que aplicar a festivales, y para hacerlo hay que tener un presupuesto. Mi mente no está limitada a seguirlos o conseguirlos, porque para mí la experiencia de haber participado y poder seguir participando es lo que me nutre. Que la película se la vea y disfrute en diferentes idiomas, es la verdad bastante nutritivo, porque entiendes que es universal y que ha salido de la cabeza de una persona y empatizar con una persona de Rusia o Argentina es algo mágico.
¿Es difícil hacer cine en Bolivia?
Es muy difícil, no solo por la carencia de fondos, sino por la falta de conocimiento en cuanto a diferenciar lo que es arte, cultura y folklore de las personas que nos gobiernan. Ese aspecto posterga de manera ridícula el potenciamiento de una industria como es el cine en un país como Bolivia, que es el más atrasado en apoyo cinematográfico, pese a que en el último lustro le ha dado a Bolivia una buena cantidad de reconocimientos en los mejores festivales del mundo, superando con creces a otras amargas experiencias, como el fútbol, se lo digo yo, una persona que ama el fútbol, pero no deja de ser cierto.