Llega Los abrazos del cineasta boliviano Marcos Loayza
La nueva producción cinematográfica del boliviano Marcos Loayza Montoya marcha sobre rieles después de que el Programa Ibermedia refrendara su apoyo al proyecto en la última reunión que se llevó a cabo en Portugal.
La cinta de Loayza, como otras tantas, estuvo en vilo el primer trimestre porque el Gobierno no había honrado la deuda de 300 mil dólares a Ibermedia por concepto de membresías correspondientes a las gestiones 2021-2022.
Una vez hecho el desembolso, el cine boliviano quedó habilitado para recibir apoyo financiero, como el filme Los abrazos de Loayza.
—¿Cómo nace este nuevo proyecto (Los abrazos)?
—El proyecto nace hace unos cuantos años, en 2017, con las ganas de profundizar alguno hallazgos estéticos de mis anteriores películas, sobre todo de la última: Averno, en la que se busca potenciar la capacidad del cine para entablar un diálogo con el subconsciente del espectador, pero no desde una perspectiva que planteaba el surrealismo en el siglo pasado, donde las cosas pertenecen al mundo sin mayor significado de lo onírico, sino desde la creencia de que la razón es el lugar que menos decide y piensa en cada uno de nosotros, desde la capacidad de la narración que tienen nuestro lado oscuro y usando los recursos cinematográficos. Es un intento de contar historias saliendo de la rigidez del realismo, sin entrar en los tópicos del cine fantástico. Es también una búsqueda de salir del esquema, de contar una historia de manera cronológica como todas mis anteriores obras.
—¿En qué se inspiró para llevarlo al cine?
—Averno es un proyecto que nace desde las ganas de hacer un cine que atraviese los mitos que están casi enterrados en nuestra sociedad, es un intento de descifrar algunos arcanos de los andes y un intento de indagar como se construye el héroe en una sociedad como la nuestra, acostumbrada a tener el lugar de la víctima; Los abrazos, en cambio, trata de entablar un diálogo con nuestra tradición y lazos con occidente. Una relectura de los clásicos desde este lugar que está casi en los márgenes de la civilización, pero, claro, es sólo un punto de partida porque después hay un fuerte trabajo de contar una historia solida con personajes que puedan interesar y ser queridos por los espectadores.
—¿La historia de Raúl refleja una tiranía disfrazada de democracia?
—No, La historia de Raúl es una historia personal e íntima que trata de reflexionar sobre el poder de la posverdad en los que nos viene y sobre todo de la fragilidad de nuestra memoria.
—¿Cuáles serán las locaciones de la película?
—Estamos en una dura batalla de donde debería filmarse, tanto por razones estéticas como por cuestiones de producción y sobre todo de logística.
—¿Cuál es el reparto?
—Ésa también es otra batalla porque hay personajes que tienen que ser encarnados por dos actores, y son padre e hijo, por lo que tiene que existir una concordancia en lo físico y las edades. Estamos mirando cosas en el cine y el teatro.
—¿En qué etapa se encuentra la producción de la cinta?
—Estamos empezando la preproducción. En todo este tiempo hemos avanzado un montón, pero por delante tenemos mucho por recorrer.
—¿Cuál es el mensaje de la película?
—Creo que una película y el cine es mucho más que vehículo de transmitir un mensaje, creo que tiene mayor capacidad que la de dar consejos de moral, o de concientizar sobre cualquier tema, o el de alertar sobre alguna problemática; creo que es un obra que cuenta una historia, y que como todas las buenas historias, nos permiten tomar conciencia de algo que de otra manera y por otro medio no lo hubiéramos conseguido, como sucede con las epifanías; cree que como toda buena historia tiene la capacidad de agrandar un poquito el universo de quien la escucha, y que eso puede ayudarle, le da un granito de arena, para que pueda ser una mejor persona; es decir, creo que puede alimentar el alma. Además, creo que una obra cinematográfica nos permite cuestionar y proponer cosas sobre el arte y también creo que el cine puede ofrecer el goce estético además de sólo entretener.
—¿En qué medida perjudicó al proyecto la deuda de Adecine a Ibermedia?
—Estuvimos un tiempo en el limbo de la incertidumbre, que es el peor lugar para todo proyecto, pero lo importante es que se logró pagar a tiempo y podemos encarar la producción y cerrar acuerdos.
—¿Considera urgente aprobar la reglamentación de la Ley del Cine?
—Me parece que es una falta de respeto de las autoridades a la sociedad y a todos los cineastas, y una prueba de ineficacia inédita el que no haya la capacidad de redactar una treintena de páginas en más de 1.500 días. En todo ese tiempo se han perdido más de 5.000 fuentes de trabajo directas y muchas más indirectas. Hay funcionarios que todavía tienen el prejuicio de que la cultura es un gasto, cuando en realidad es una inversión, una inversión que, si nos puede sacar de la pobreza, más que otras que sólo son urgentes y no importantes.
—¿Los abrazos puede seguir los pasos de Utama?
—Lo que consiguió Utama fue y será algo único.
Biografía
Marcos Loayza estudió Arquitectura en La Paz en la Universidad Mayor de San Andrés y Cine en la Escuela Internacional de Cine y Video de San Antonio de los Baños, Cuba. Fue alumno de Alfredo Bryce Echenique, Jean-Claude Carrière y José Sanchis Siniestra. Fue profesor invitado de la Escuela Internacional de Cine y Video de San Antonio de los Baños.
Loayza ha realizado también varios proyectos en formato de video y en televisión. En 1995 dirigió la telenovela Radio Pasión.
Marcos Loayza ejerce la cátedra universitaria en cine y artes y ha dirigido varios videos publicitarios, educativos e institucionales.
También escribió teatro: Séptimo sentido, la obra colectiva Excepciones y adaptó para el teatro El silencio del mar de Bruller Jean, todas estrenadas.
También se destaca como dibujante, sus ilustraciones se publican en los más prestigiosos periódicos de Bolivia.
Loayza tiene en su haber las siguientes producciones cinematográficas: Cuestión de fe (1995), Escrito en el agua (1998), Corazón de Jesús (2004), El estado de las cosas (2007), Qué culpa tiene el tomate (2009), Las bellas durmientes (2012) y Averno (2018).