Un alcalde cruceño llora por los daños de los incendios en la Chiquitanía
Los incendios forestales mantienen en vilo a Santa Cruz, donde a la fecha se quemaron 3,3 millones de hectáreas. Ayer el alcalde de San Rafael, Jorge Vargas Roca, se quebró en llanto durante los actos protocolares por la efeméride departamental, por la impotencia ante el fuego que devasta, principalmente, la Chiquitanía
Vargas lamentó la falta de ayuda oportuna para apagar los incendios que arrasaron medio millón de hectáreas en su municipio. “Estas lágrimas nunca debieron salir porque los chiquitanos debieron ser atendidos en su momento. Clamamos ayuda porque no hay poder humano para contener ese fuego”, lamentó.
El Alcalde aseguró que este año Santa Cruz no tiene nada que festejar “cuando en la Chiquitanía nos estamos muriendo, nos estamos ahogando con el humo. Nuestros bosques, nuestros animales se están extinguiendo”, dijo la autoridad edil.
Desde la Alcaldía de San Rafael se informó que “la ayuda sigue sin llegar” a esa población e incluso el mismo Vargas estuvo trabajando como bombero voluntario junto al grupo Ángeles en el Fuego, pero sus esfuerzos ya resultan insuficientes.
Las comunidades de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Monte Verde demandan la declaratoria de desastre nacional. Alertaron que el fuego está a 300 metros de las viviendas donde viven 48 familias. Además, pidieron intervención aérea inmediata y ayuda con maquinaria y combustible.
Declaratoria de desastre
El gobernador cruceño en funciones, Mario Aguilera, exigió ayer al Gobierno de Luis Arce “declarar desastre en el país, porque no hay cómo seguir atendiendo esta emergencia” y es necesario “sumar apoyo, equipos y herramientas” de otros países.
Aguilera informó que en esa región están activos 39 incendios forestales en 15 municipios y que el fuego arrasó hasta el momento unas 3.374.591 hectáreas. En el ámbito nacional, ya son 4 millones de hectáreas quemadas, de acuerdo con datos de la Fundación Tierra.
Daños ambientales
Desde la Fundación Tierra, proyectaron que, después del cese del fuego, los daños ambientales persistirán: el agua de los pozos, lagunas, bebederos para animales y fuentes de agua para el consumo humano se contaminará por las cenizas; el humo contaminará la atmósfera, y se destruirán los medios de vida tradicionales de las comunidades indígenas, ocasionando problemas de inseguridad alimentaria.
De acuerdo con los investigadores de la Fundación Tierra, los incendios forestales están fuera del control porque la intervención en los focos de calor fue tardía, porque los recursos humanos y materiales son limitados, debido a la inaccesibilidad a las zonas que están fuera de intervención humana y por el cambio climático.
Plan estratégico
El viceministro de Defensa, Juan Carlos Calvimontes, informó que se encara un plan contra incendios por aire y por tierra con la implementación de aeronaves y el desplazamiento de más de 1.300 bomberos forestales que permitieron cortar “cabezas de fuego” en la Chiquitanía.
Se tiene en acción helicópteros de la Fuerza Aérea y del Ejército, como el Z-9 y el Eco-Charlie, operando en las áreas de Guarayos y Urubichá. A estos se suma las descargas del avión cisterna Electra L-188.