Cuatro sectores crean la CTB para cumplir tareas de la COB
El surgimiento de una nueva organización que asegure que luchará por los derechos laborales de campesinos y trabajadores del país ha puesto en tensión a la Central Obrera Boliviana (COB). La Confederación de Trabajadores de Bolivia (CTB) busca representar a un grupo que ya no cree en el ente matriz por su constante apoyo al Movimiento Al Socialismo (MAS) en los últimos años.
Cuatro organizaciones sociales ya forman parte de la CTB: los cocaleros de los Yungas del bloque de Freddy Machicado, gremiales de El Alto, panificadores de La Paz y micro y pequeños empresarios. Según el dirigente de la Asociación de Productores de la Hoja de Coca (Adepcoca), Reynaldo Laura, los integrantes de este bloque rechazan la persecución política de parte del Gobierno.
Bases
“Nuestras bases en la última asamblea de emergencia han autorizado que Adepcoca pueda buscar alianzas a nivel departamental y nacional (...), agradecer el respaldo que nos dan el hermano Heriberto Llanque de Conamype, también a Dandy Mallea de los panificadores de La Paz y el hermano Toño Siñañi de los gremiales, porque ellos están pasando la misma situación de la persecución política”, dijo Laura.
Para el politólogo Carlos Cordero, “el gobierno del MAS, desde Evo hasta el actual presidente, siempre buscó generar paralelismo para ocupar mayores espacios de poder bajo un viejo aforismo romano de dividir para vencer”. En este modelo las posibilidades de libertad de expresión, de crítica y movilización son restringidas, salvo cuando le conviene al gobierno.
La creación de un ente paralelo es desde todo punto de vista legal y está amparado por la Constitución, según dijo el analista Joaquín Saucedo. Indicó que “formar una organización paralela a la COB, porque la COB se ha subordinado al poder político, es aplicar la misma receta, pero en contra del gobierno, generando una lucha de poderes”.
Edgar Campos, abogado especialista en derecho del trabajo, difiere con Saucedo, pues considera que no será posible legalizar, formalmente, una organización paralela a COB, puesto que el Gobierno no aceptará el paralelismo y el Ministerio de Trabajo no reconocerá a la nueva entidad.
Según Cordero, una organización paralela debilitaría a la COB y eso también tiene su trasfondo político, porque en las elecciones del 2025, la COB que siempre se alineaba al MAS, competiría con una organización alterna, que también buscaría liderazgo para esas elecciones.
“No es un problema de legalidad porque no está prohibido, el punto es quién controla a estas organizaciones y al servicio de quién se colocan. El panorama muestra conflictos, porque el Gobierno no aceptará perder el poder en adelante”, señaló Cordero.
Huarachi rechaza el paralelismo
El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, expresó su rechazo a la intensión de crear un ente paralelo y advirtió que, detrás de quienes lo promueven, hay intereses personales.
Entre los impulsores se encuentran el secretario ejecutivo de la Federación Regional de Gremiales de El Alto, Toño Siñani, y el dirigente de la gremial Francisco Figueroa, sin embargo, el ejecutivo de la COB afirmó que ambos fueron expulsados de las filas del sindicalismo en la gestión del dirigente Pedro Montes.
“Estos personajes tienen intereses personales, Figueroa le debe al país por el tema impositivo casi Bs 1.000.000”, dijo.