Primarias para 2025, sí o sí
No cabe duda de que las divisiones políticas en Bolivia han obstaculizado la consolidación de una oposición unificada, pero ahora las elecciones primarias abiertas emergen como una posible solución. Desde su implementación en 2018, las primarias cerradas no fomentaron la competencia real. En lugar de fortalecer la participación, consolidaron el control del oficialismo azul, debilitando el objetivo de democratizar los procesos internos dentro del universo de partidos políticos y otras agrupaciones.
Algunos políticos con tres dedos de frente y otros sectores civiles han propuesto un giro hacia primarias abiertas, organizadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Sin embargo, los partidos tradicionales, esos con genética política del siglo XX, han mostrado resistencia argumentando riesgos logísticos y la posibilidad de injerencia externa. Pero para muchos ciudadanos, este cambio representaría un paso hacia procesos más inclusivos y competitivos, necesarios para seleccionar al mejor representante opositor frente al oficialismo.
Uno de los errores más recurrentes de la oposición en Bolivia ha sido la designación de candidatos a puerta cerrada, billetera en mano y bajo la lupa del directorio central del partido. Este método ha contribuido al fracaso electoral desde 2005. La dispersión del voto opositor y la fragmentación interna han sido obstáculos constantes para consolidar un liderazgo fuerte.
La solución podría residir en el verso “los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron”, que está inscrito en el escudo paceño. Bajo el esquema de primarias abiertas y democráticas, los partidos y movimientos opositores tendrían hasta marzo o abril de 2025 para realizar un proceso de preselección inclusivo, en el cual todos los postulantes participen bajo las mismas condiciones. Un requisito indispensable sería que los candidatos perdedores declinen sus candidaturas y respalden al vencedor, aunque la diferencia sea significativa.
Mientras tanto, el oficialismo enfrenta sus propias querellas. La cancelación de las elecciones primarias dentro del MAS ha desatado una confrontación pública entre el presidente Luis Arce y el cocalero Evo Morales que acusó al Gobierno de suprimir las primarias “por miedo” de enfrentarlo en una disputa interna. Esta provocación refleja una aparente fractura en el partido gobernante, donde las diferencias sobre la legalidad de una nueva postulación de Morales y la dirección del partido han generado incertidumbre. Para los analistas serios, limitar la competencia interna beneficia a Arce, pero también evidencia una falta de consenso que podría debilitar al MAS de cara a las elecciones generales.
Uno de los elementos más innovadores en la propuesta de primarias abiertas para la oposición es el uso de la tecnología. Algunos líderes políticos de oposición han planteado implementar una aplicación móvil para gestionar el proceso, garantizando la participación ciudadana sin generar gastos adicionales para el Estado, especialmente si las primarias las organiza el TSE. A través de esta plataforma, los votantes podrían registrarse con su cédula de identidad, verificar su militancia política y emitir su voto de manera segura. Para evitar problemas —como cuentas falsas, ataques informáticos de los hackers rusos, o la intromisión de los “guerreros digitales azules”— se podría contratar a empresas especializadas en seguridad digital.
Pero como los masistas del oficialismo “tienen miedo” de que participe Evo Morales en las internas azules, lo más probable es que el TSE en sintonía con el Gobierno no organice primarias de manera oficial, lo cual no debe impedir que la oposición en su plan de unificación las celebre de manera “extraoficial”, con o sin la intervención del TSE.
El éxito de las elecciones primarias en Bolivia dependerá de la capacidad de los actores políticos para priorizar la democracia sobre sus intereses particulares. Mientras la oposición enfrenta el reto de superar su fragmentación histórica de dos décadas consecutivas, el oficialismo deberá enfrentarse con sus divisiones internas.
Este proceso de las primarias abiertas no solo permitirá definir liderazgos legítimos y competitivos, sino también fortalecerá y renovará la confianza ciudadana en el sistema democrático boliviano. Los actores políticos de oposición que están a la altura del desafío deben “dar la vida” por la celebración de las primarias para 2025 que consoliden el plan de unificación, tan ansiado.
El autor es abogado
Columnas de MARCELO GONZALES YAKSIC