¿Hasta cuándo?
El acceso a manejar el poder en Bolivia debe volver a la gente sorda o ciega. Hace años que venimos alertando sobre la importancia de los árboles, áreas verdes, bosques, selvas, áreas protegidas, y las mismas situaciones de devastación ambiental se repiten religiosamente cada año.
Pero, ¿áreas protegidas de quién? Pues del ser humano avaricioso, usurero, esclavista, pedante y antropocéntrico que cree que todo lo que existe es de su pertenencia avara. De ahí que existan tipos como Milei cuyo eje ideológico es asumir que todo tiene un precio. Justamente, aquello significan los modelos de “desarrollo” en Bolivia, todo se cuantifica en base al lucro y ganancia de plutocracias, el acceso al manejo del Estado se convierte en un botín, se trata de acumular lo más que se pueda mientras se está en el poder, así sea en detrimento del bien común.
Así lo hicieron y lo hacen con la plata, con el estaño, con la goma, con los hidrocarburos, con la agroindustria y con la especulación inmobiliaria. Esa es la razón por la que hasta los proyectos de inversión pública corresponden más al carácter de negociado que a velar por reales intereses colectivos.
En la dictadura de Banzer y las siguientes se fortaleció el “modelo de desarrollo cruceño” o la acumulación a toda costa de redes familiares que aprovecharon sus cinco minutos de poder para hacer negocios, principalmente desde la agroindustria. Por ejemplo, de acuerdo a las denuncias que le costaron la vida a Marcelo Quiroga Santa Cruz, fue el caso de la carne vacuna, el algodón, el azúcar. En todos los casos, esas economías beneficiaron solamente a un puñado de gente y perjudicaron a la mayoría, como cuando se dieron las alzas de precios de carne y azúcar que propiciaron las protestas campesinas que fueron respondidas cruelmente con las masacres de 1974. Además, no faltaron fabulosas concesiones de tierras, incluso en áreas protegidas, tal fue la cesión de miles de hectáreas del Parque Nacional Huanchaca a militares influyentes de la dictadura.
Terminadas las dictaduras, el modelo siguió vigente y la agroindustria representa uno de los sectores más poderosos. Han tenido influencia en todos los gobiernos que continuaron, incluyendo los del MAS, y suelen ser quienes mandan en el oriente boliviano. Mientras ellos sean quienes manden, estamos perdidos. ¿O por qué el Estado boliviano no reacciona coherente y sostenidamente cuando se vive quemando cada año nuestro patrimonio natural?
Lo terrible es que este modelo de “desarrollo” no es exclusivo del oriente o de la agroindustria. En general es compartido por el resto de Bolivia. La acumulación a toda costa fue y es eje de la minería en occidente, de la explotación hidrocarburífera en el sur, de la especulación inmobiliaria en todo el país. Es eje también de las nuevas plutocracias formadas en la economía informal, el contrabando, el narcotráfico, el loteamiento.
Es por eso que en cuanto al modelo de “desarrollo” en Bolivia hay un común denominador en gestiones públicas de diferentes orientaciones ideológicas. Son igual de destructivas, ambientalmente hablando, las administraciones de oficialismo y oposición. Como ejemplo, ¿acaso en Cochabamba no tenemos un alcalde de “oposición” pero que, al igual que los gobiernos del MAS, es proclive a los enormes —y caros— monumentos al cemento de dudosa utilidad y planificación en detrimento de áreas verdes? ¿Cuántas autoridades del MAS y de la oposición partidaria largan peroratas con el básico y vacío discurso del “progreso” para imponer proyectos de inversión pública que quién sabe a qué intereses responden? ¿Cuántas autoridades de oficialismo y/o oposición son parte de los intereses que permiten que cada año Bolivia se convierta en una pira ardiendo y una sofocante olla de humo?
Es decir, parece que si dependiera de los que detentan el poder esta situación nunca cambiará.
Entonces, nos queda organizarnos y movilizarnos, a nosotros, los/as ciudadanos/as. Para empezar, ¿cuándo comenzaremos a actuar y defender las áreas verdes y árboles que están a nuestro alcance por lo menos? ¿No es suficiente este calor y este ahogo de respirar humo todos los días?
La autora es socióloga
Columnas de ROCÍO ESTREMADOIRO RIOJA