Renovación urbana: entre preservación patrimonial y desarrollo
Cochabamba muestra un evidente desajuste entre la preservación del patrimonio histórico cultural y la necesidad de recuperar el espacio urbano —en algún caso incluso de centros degradados— en busca de la renovación de su comportamiento funcional, morfológico y de su aporte a la economía local. Esta situación destaca espacialmente una dualidad propia del avance urbanístico: la confrontación entre un pasado histórico y una modernidad comercial, que refleja una franca divergencia entre conservación y desarrollo urbano.
Las decisiones de evidente transformación influyen en un cambio cultural. Esta afirmación se sustenta en el compromiso común y universal asumido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y en la Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, ambas de la ONU, que, entre otras, buscan fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia, reducir las desigualdades, y pretender ciudades y comunidades sostenibles, aspectos basados estructuralmente en el manejo eficiente del espacio urbano para la cohesión social y el disfrute de sus recursos.
Por una parte, estos pares opuestos son casi lógicos, destacando que su emergencia es posible por el protagonismo valórico que adquiere una dimensión de la sustentabilidad sobre otra. Actualmente el componente económico es mayor que sus similares sociales y ambientales, con amplia injerencia incluso en el aspecto político institucional, y con presencia de factores internos y externos que limitan o exceden —según el caso— una u otra probabilidad induciendo a realizar un análisis integral de aquellas cuantías que justifican su trascendencia, como fundamento de un contexto físico-histórico, o de imaginarios simbólicos, de carácter inmaterial, que ante cualquier proceso de transformación y para alcanzar un equilibrio, deben ser considerados como bienes colectivos.
Por otra, la facultad de revalorizar el patrimonio histórico cultural emerge de los resultados de los últimos encuentros internacionales que proponen parámetros para intentar humanizar más las ciudades contemplando justicia social, equidad e inclusión, sin perder de vista las necesidades objetivas de desarrollo urbano. En este sentido, para revitalizar aquellas áreas urbanas degradadas se hace imperativo trabajar la multidimensionalidad del desarrollo, fortalecer la participación ciudadana, mejorar las economías urbanas emergentes, inspirar la inclusión social, como contribución a la reapropiación de la identidad de una sociedad presente localmente en las percepciones de un contexto globalizado.
Cochabamba requiere repensar su proceso hacia la sustentabilidad de manera equilibrada, sin descartar la necesidad de manejos de preservación del patrimonio y de desarrollo urbano. Entre ellos, muchos son fáciles de ser trabajados, como el manejo del espacio público para la recreación, las disposiciones para la incorporación de actividades económicas, regulación de la función inmobiliaria, prelación al turismo, y el respeto, preservación, y en su caso, la revalorización del capital patrimonial.
Se debe poner mayor énfasis en potenciar condiciones para la competitividad y productividad local, rescate del espacio urbano para la cohesión e inclusión social mediante intervenciones de beneficio para el peatón; todos como mecanismos para satisfacer el confort urbano para los habitantes. Un instrumento para la administración equilibrada del patrimonio cultural urbano es el urbanismo táctico, y su admisión en la reconfiguración de la ciudad constituye un medio relevante para la creatividad y resiliencia de las ciudades.
También esta forma innovadora de mirar el desarrollo urbano contraponiendo la progresiva y caótica urbanización, y preservando la historia y cultura, puede ser posible incorporando la globalización del turismo, que permita priorizar el tratamiento de los espacios patrimoniales, superar la degradación del espacio público, la congestión producida por la movilidad urbana, el comercio informal, las características de una ciudad monocéntrica con sobreposición de actividades, la falta de conectividad eficiente entre diversos sectores del entramado, el uso excesivo de las vías del núcleo central en desmedro de la morfología y el paisaje, la fragmentación socioespacial, y los primeros atisbos de un inminente proceso de gentrificación.
La posibilidad de generar empatía entre la preservación del patrimonio cultural y el desarrollo urbano debe fundamentarse en un nuevo modelo urbano sustentable, que incorpore la recuperación de espacios e hitos patrimoniales favoreciendo la economía circular, el uso adecuado y oportuno de sistemas de información geográfica y teledetección, construcción de bases de datos estadísticos y representaciones visuales sobre el comportamiento del espacio urbano, empleo de la ciencia y tecnología, talentos y habilidades académicas para generar concursos de diseño urbano. Todos esos aspectos, constituidos como herramientas fundamentales para optimizar los procesos de planificación y resiliencia urbana. Pensar integralmente en la ciudad y actuar localmente en los núcleos centrales de presencia patrimonial es importante para alcanzar el desarrollo urbano sustentable de Cochabamba.
Asimismo, atender la problemática de Cochabamba desde una visión de sustentabilidad y resiliencia urbana, con incentivo a la innovación de actividades sociales e institucionales hará posible el rescate de la ciudad para los ciudadanos, el desarrollo urbano con intervenciones acertadas y el respeto al patrimonio histórico y cultural.
El autor, Ph.D., es investigador del CEPLAG – UMSS, mkquiroga@yahoo.com
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