Consejos de conejo para revolucionarios en flor
Comencemos con preguntas a quemarropa: ¿Qué debe hacer el Gobierno para recuperar la normalidad en el mercado de divisas y la credibilidad y confianza en la gestión de la política monetaria y cambiaria? ¿Cuántos millones de dólares necesitan para esto? ¿Cómo llegamos a fin de año sin el Jesús en la boca?
Con frecuencia se cuestiona a los opinadores que sólo critican y nunca proponen nada. Pues hoy nos dedicaremos a dar consejos de conejo y sugerencias de políticas económicas desde una perspectiva de corto plazo. Así que guarden sus bríos aquellos que quieren, con razón, que el modelo cuelgue los cachos. Como sabemos, el agua ya llegó a la quijada y se sabe que viene Jason, el cuate enmascarado de la motosierra, y tiene la orden de cortar a la altura de la rodilla. De lo que se trata es de llegar a fin de año. ¿Se podría hacer una reforma estructural y al mismo tiempo capear el temporal actual? Claro que sí, pero los Chuquiago Boys están en otro viaje.
Hecho el descargo de rigor, sabemos que en todo desafío complejo hay un primer paso a dar: reconocer que tienes problemas. Buena parte del árbol del poder aún sigue la estrategia del avestruz o el viejo dictado neorevolucionario: “Hazte el sonsito y serás feliz”. Pero, felizmente, el líder indiscutible del proceso de cambio, Evo Morales, ha dado su dictamen: “Sabe hermano Lucho, no estamos tan bien económicamente”.
A estas alturas de la columna paso un comunicado solicitado por los economistas y pilotos de Villazón: “A nombre de la Confederación Única de opinadores, opinólogos y otras lenguas de fuego viperinas, le damos la cordial bienvenida al nuevo analista económico: Evo. Bienvenido a la ingrata tarea de decir la verdad de los hechos sociales y económicos a los “sordos del alma”.
Dado que, Evo dixit, algunos funcionarios del régimen han reconocido que tienen un problema de liquidez con los dólares. Y que la falta de Washingtones no fue una conspiración de analistas, exportadores, banqueros o calificadoras de riesgo internacional.
Aunque lo tenía muy ocultito, felizmente oyeron la recomendación de los opinadores de usar los derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ahora no solo aceptan los elogios y sabrosos besos de la suegra FMI sobre el desempeño de la economía, sino que usan plata que está bajo su custodia. Un buen yerno siempre vuelve a los brazos de la segunda madre.
Bueno, ¿qué más pueden hacer los Chuquiago Boys? La siguiente medida debería ser eliminar el impuesto a las transacciones financieras (ITF) y emitir en el mercado local bonos del Tesoro en dólares, para que suban las tasas de interés en esta moneda y, así, atraer algo de dólares o evitar que salgan los verdes. Vivimos un tiempo donde every penny counts. Es decir es un tiempo de puchitos o sueltitos.
También, ojalá, que se pongan de acuerdo los hermanos y compañeros, arcistas y evistas, en la Asamblea y de una vez aprueben los préstamos internacionales por 1.400 millones de dólares que están esperando en la fila. Esto va a ayudar a calmar las expectativas. Otra cosa que está en manos del Gobierno es liberar completamente las exportaciones esto ayudará a la entrada de divisas. Un puchito más adentro.
Pero, sin duda, el dinero grande debería provenir de la aprobación de la Ley del Oro. Según los últimos datos publicados por el Banco Central de Bolivia (BCB), el 8 de febrero de 2023, las reservas internacionales en oro eran de 2.592 millones de dólares. Este es un tema mucho más difícil. Aquí se presentan dos desafíos complejos. Primero, la aprobación de la Ley del Oro requiere la bendición política de los poderosos y siempre bien ponderados cooperativistas mineros. Estos quieren intercambiar apoyo a la nueva normativa por impuestos muy bajos al sector y otros privilegios. En un primer acuerdo habían aceptado pagar el 4,8% sobre ventas brutas. Recordemos que el 2022, este sector exportó la friolera de 3.000 millones de dólares. Segundo, tengo la sospecha que comenzar a vender el oro, en este contexto de escasez, puede dar una señal equivocada. Los agentes económicos pueden pensar que están vendiendo las joyas de la abuela. Tal vez no es el momento de hacerlo. ¿Y qué alternativas hay a la venta del oro?
Ensayemos algunas respuestas, ahora que los decibeles ideológicos han bajado y el Gobierno ha aceptado usar la plata que estaba bajo el paraguas del FMI, tal vez sería interesante dar un pasito más y pensar en un crédito de más largo plazo negociando las condicionales. Sabemos que después de la pandemia, la suegra FMI no está tan fregada con sus requerimientos. El Gobierno, también de izquierda, de Chile negoció un préstamo. De aquí podríamos obtener los 2.500 millones de dólares. Habrá que guardar las banderas del antiimperialismo y antineoliberalismo en las petacas del pragmatismo. ¿Se animarán? Se dice que la necesidad tiene cara de hereje.
Una otra alternativa, que inclusive está contemplada en el Presupuesto General del Estado es obtener préstamos del mercado privado. Se podrían emitir bonos soberanos por 2.000 millones de dólares. Aquí, el gran problema, es que ese dinero va a estar muy caro por las calificaciones de riesgo altas que nos han dado en los últimos meses y por la situación del mercado internacional que tiene tasas de interés elevadas. Se dice que consigamos dinero a menos de 13% al año. ¿Es una buena medida endeudarse con esas tasas casi de agio?
Una otra posibilidad de financiamiento que está en la idea es que el Gobierno boliviano monetice ingresos futuros del litio.
Como se dice que, de aquí a 3 o 4 años, estaríamos exportando 5.000 millones de dólares de baterías de litio, no sería mala idea, si los chinos nos adelantan la mitad de ese dinero a una tasa de interés razonable. Aquí el problema es que, según el artículo 357 de la Constitución, están prohibidas las operaciones de titularización. Pero, de repente ante la necesidad le meten no más y después los abogados lo arreglan. Ahora también existe la posibilidad de que los chinos, encuentren otros mecanismos para prestarnos ese dinero.
Todas estas son posibilidades de financiamiento de corto plazo, con pros y contras. Como se dice técnicamente son para salvar el chairo. Ahora bien, las malas lenguas piensan que el Gobierno está ganando tiempo, quiere llegar a mayo 2023, cuando la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo se hará cargo de las AFP, o sea de 23.000 millones de dólares. Pero hay que aclarar que todo este dinero está en bolivianos. Resuelve parcialmente el tema de financiamiento del Estado, pero no la escasez de divisas.
Por supuesto todas estas sugerencias y posibilidades de financiamiento son para llegar a fin de año y por el lado del financiamiento. Pero lo más importante que tendrían que hacer el Gobierno es reducir el déficit público. Corte cirujano a gastos e inversiones y cobrar a los nuevos ricos del modelo. ¿Y el precio de los hidrocarburos? ¡Uy tatito! no creo que se animen a un reajuste. Pero habrá que comenzar a discutir opciones.
El autor es economista
Columnas de GONZALO CHÁVEZ A.