Hacia una nueva estrategia de vacunación
A más de un año de la pandemia, toda la población está informada y tiene cierta experiencia sobre sus efectos. Algunos sólo escucharon y no fueron infectados, pero muchos ya tuvieron experiencias de contagios, tratamientos en casa, casos complicados de internación, falta de insumos y medicamentos.
Junto a esta vivencia, los anuncios globales de avances de la vacuna contra la Covid-19 fueron parte de la noticia de la pandemia, noticia que tuvo mucho tiempo para generar un debate y toma de posición. Las noticias fueron desde teorías conspiración de control poblacional por medio de microchips hasta efectos secundarios letales.
Otras, de dudas sobre la eficacia de algunas marcas de vacunas. Y nuevamente los medios y redes fueron definiendo y posicionando marcas.
A ello se sumó, la postura de grupos y sectas religiosas que llamaban a no vacunarse y optar por la sanación divina.
Finalmente, la realidad muestra que existe carencia de vacunas. Y, frente a la incertidumbre, ya no es posible pensar en la programación rígida para algunos y flexible para otros. Esta propuesta es ya un fracaso.
Se debe considerar, además, que los nuevos grupos meta son la población económicamente activa.
Por ello, corresponde un cambio de estrategia y formulación de un plan integral contra la pandemia con una vacunación casi universal.
En la vacunación obligatoria por sectores se debe programar por centros económicos estratégicos y sectores de servicio masivo, como el transporte, mercados, banca, instituciones públicas como impuestos, juzgados, municipios y universidades.
A ello, completar con Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Persona de un sector laboral que no se vacune, sin contar con valoración médica, debe ser sujeta a restricciones.
El autor es sociólogo
Columnas de FERNANDO SALAZAR