El éxito de Wynton Marsalis
Uno se pregunta qué sería de la música estadounidense sin el jazz. Pero el jazz jamás renunció a sus orígenes africanos, a la discriminación racial que sufrió y a su esencia democrática.
Todo aquello que se inició con una cuerda de alambre en una lata y un canto lastimero que se llamó blues, se revolucionó con los bronces que dejó la guerra civil en el campo de batalla y que fue recogido por músicos negros. Así, lo que inventaron Louis Armstrong, Jerry Roll Morton o Duke Ellington se convirtió en moneda de curso legal y corriente en la sociedad estadounidense, pero antes tuvo que caminar las 14 estaciones de su calvario.
Gran parte de los jazzistas, entre ellos Louis Armstrong, fueron condenados por consumir marihuana; pero cuando se inició el rock and roll, hacía rato que los músicos negros lo interpretaban, tenía letras eróticas y quería decir algo así como meta y mueva. Los rockeros blancos lo adecentaron, pero había también cabarets solo para negros y allí iban algunas parejas de blancos a divertirse como se debe. Los blancos racistas decían que las chicas blancas iban allí por el señuelo del sexo con negros y por consumir hierba. Armstrong y muchos músicos negros estuvieron presos por esta causa.
Durante la segunda guerra europea (que no mundial) las tropas confundían negros con blancos y allí se hicieron camaradas; pero retornaron y se encontraron con que no podían tomar juntos una cerveza ni subirse a un colectivo ni recibir educación junto a los blancos. Esto reclamó Martin Luther King, negro, y fue asesinado a fines de la década de los años 60.
Todos estos materiales integran la última producción musical, The Ever Funky Lowdown, compuesta por ese genio de la trompeta, por supuesto negro: Wynton Marsalis, un alegato gracioso contra Trump y su reelección, aunque Wynton se diga independiente. En sus palabras, es necesario “aprender la gran lección del jazz: la de una visión más inclusiva de la vida nacional. Estamos ante una forma de un arte musical definidamente democrática, cuyos mayores creadores pertenecieron a las clases subalternas. Cuando Jelly Roll Morton, Louis Armstrong, Duke Ellington y otros crearon esta música, dejaron al descubierto las contradicciones presentes desde el nacimiento de nuestra nación”.
Marsalys nació en 1961. Estudió en la Juilliard School y pronto integró bandas con músicos negros de gran fama, como Art Blakey y Herbie Hancock. Antes de cumplir los 25 años era considerado unos de los trompetistas más notables de toda la historia del jazz, con algunos premios Grammy tanto en el rubro “jazz” como “clásico”. En octubre de 1990 fue tapa de la revista Time, con el título The New Jazz Age. Grabó sus primeros discos bajo la influencia de Miles Davis, Ornette Coleman, Thelonious Monk y Ellis Marsalis, gran pianista, su padre.
Una excelente nota puede leerse en https://www.pagina12.com.ar/297589-entrevista-a-wynton-marsalis-a-semanas-de-las-trascendentale?fbclid=IwAR2zP1_ERLuIKWh0HK_YDO0uZQGeE8jGENJweU7ZESZCWu3n7eW0DaehQr0
El autor es Cronista de la ciudad
Columnas de RAMÓN ROCHA MONROY