Debemos frenar la violencia contra los niños
Como periodista encargada del área policial, a diario conozco casos de agresiones sexuales a niñas y adolescentes, la mayoría de los agresores son familiares, tíos, primos, padres, padrastros, etc. Es desgarrador escuchar el relato de las víctimas que durante varios meses incluso años deben callar y soportar los abusos.
¿Cómo podemos protegerlas?, es la gran interrogante que surge, ya que las violaciones se dan dentro y fuera del entorno familiar. ¿En quién se puede confiar?, desde la Policía y la fuerza especial a cargo de estos casos se realizan diferentes actividades en colegios, OTBs, a través de las redes sociales; pero pese a esto, los casos van en incremento.
La ignorancia, irresponsabilidad y falsa ética de algunos profesionales prácticamente obligan a las niñas que resultan embarazadas, a culminar la etapa de gestación y convivir con el fruto de una terrible agresión sexual.
“Se debe proteger la vida”, dicen, pero no se ponen a pensar en el daño y la victimización a la que someten a las niñas que durante mucho tiempo fueron violadas.
¿Dónde están los “provida” cuando los niños en situación de calle los necesitan? Si alientan que un bebé fruto de una violación nazca, ¿por qué no lo adoptan y le dan un hogar?, ¿por qué solo se pronuncian y se rasgan las vestiduras cuando una niña aborta y no aparecen cuando el fruto de esa violación requiere su ayuda? Basta de falsos moralismos y sentémonos a pensar, cómo se puede frenar la violencia sexual contra las menores de edad.
La autora es periodista del área de Seguridad de Los Tiempos
Columnas de Carmen Challapa Cabezas