La prudencia es seguridad
Para nadie es desconocido que la inseguridad en la ciudad se fue incrementando de manera considerable, y desde hace un buen tiempo. Los delincuentes optan, con cierta frecuencia, por innovar sus métodos y procesos de robo, mejorando la eficiencia y rediciendo los riesgos. Así, ahora, los “descuidistas” y “jaladores de cartera” comúnmente operan en motorizados, vehículos y motocicletas. El robo a pie es casi marginal.
“¡Mi celular!”, se escucha frecuentemente en diferentes calles de Cochabamba. Luego del grito se oye el rugir de una moto que se aleja; los delincuentes huyen y metros más allá se distribuyen el botín.
El último caso de robo de celular que se hizo viral en las redes sociales es el de un antisocial que golpeó a una niña y le arrebató su celular cuando ella salía de la escuela. La pobre infante, agredida, no pudo hacer nada más que dejarse robar el equipo.
Pero en el caso de los adultos, es trabajo de nosotros mismos velar por nuestra seguridad y tomar recaudos para evitar ser víctimas de robos, atracos y otros delitos.
Frecuentemente, la Policía lanza campañas de concientización y advierte a la población sobre las medidas que deben asumir para no ser víctimas de estos malhechores; sin embargo, como ya es común, hacemos caso omiso a esta solicitud. Hasta que somos objeto de un acto delincuencial.
La imprudencia puede poner en riesgo la integridad de cualquier persona poco precavida que usa su móvil en la calle.
Periodista de Los Tiempos
Columnas de Carmen Challapa Cabezas