La mentalidad ahorrativa
No se necesita una educación de posgrado ni ser una persona iluminada para llevar las riendas financieras en su familia. Pero sí se necesita disciplina, no dejarse llevar por los avisos e impulsos
“Los precios siguen subiendo, pero los sueldos no”. ¿Suena familiar esta frase? Si bien la economía puede ser volátil, existe siempre una solución que nos permite ahorrar una cantidad “x” de dinero tanto a corto como a largo plazo.
En primer lugar, se necesita tener un “propósito”. Sin un propósito de cómo, cuánto y cuándo ahorrar una suma “x” de dinero, no habrá ningún resultado positivo y aparte de no tener un ahorro de emergencia, tendremos una deuda innecesaria. Se recomienda empezar con un plan de una cantidad pequeña y una vez lograda en un cierto tiempo, como ser un mes, avanzar al otro nivel y así sucesivamente.
En segundo lugar, se necesita tener constancia por la cual la suma “x” que nos hemos propuesto ahorrar cada día o semana se vea concretada a medida que los días/semanas avanzan. Tercero, este plan debe ser en escrito para poder visualizarlo. Es decir, un plan al cual se lo puede trazar y seguir con constancia es mucho mas efectivo que aquel plan que uno tiene sólo en la mente.
Algo muy importante para no gastar ese dinero que resultará siendo su ahorro es tener en cuenta cuánto lleva en el bolsillo diariamente, cómo y en qué lo gasta, anotarlo. Por ejemplo, hoy en vez de tomar dos o tres taxis, caminaré, o en vez de ir a ver esa película que tanto quería y comer las pipocas de siempre, haré otra actividad, e iré al supermercado con una lista de los ítems que necesito y no los que deseo.
Por otro lado, para gastos mayores como comprar llantas para el auto, cambiar aceite del auto y otros, se debe hacer un plan cada tres meses para uno y para lo otro.