Aumenta la tensión en Seúl ante posible arresto de Yoon, el presidente destituido
La tensión en torno a la residencia en Seúl del destituido presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, en cuyo exterior se concentran cientos de seguidores del mandatario, aumentó ayer ante la posibilidad de que las autoridades intenten ejecutar la orden de detención temporal que han obtenido para interrogarlo sobre la ley marcial.
Se cree que el organismo anticorrupción surcoreano podría hacer valer la orden que le concedió el martes un tribunal del Distrito Oeste de Seúl después de que Yoon ignorara tres citaciones para declarar sobre su proclamación del estado de excepción el 3 de diciembre.
Sin embargo, existe el temor a que se produzcan enfrentamientos entre autoridades y seguidores del presidente, especialmente enardecidos a raíz del mensaje que les transmitió Yoon el miércoles.
El presidente hizo circular fotocopias con un mensaje en el que alertaba, tal y como hizo el 3 de diciembre, de que el país está bajo la amenaza de fuerzas antiestatales pronorcoreanas y que luchará “hasta el final” junto a sus acólitos.
Una treintena de sus seguidores tuvieron que ser dispersados por la Policía después de que se tumbaran en el suelo ante el acceso al complejo para intentar impedir el acceso al mismo a las fuerzas del orden.
Cientos de personas que apoyan a Yoon llevan días apostados en los alrededores de su residencia en el barrio de Hannam en Seúl ondeando banderas surcoreanas y estadounidenses, portando pancartas que acusan al líder de la oposición, Lee Jae-myung, de ser un espía norcoreano y pronunciando discursos en los que se elogia al presidente electo de EEUU, Donald Trump.
Yoon, al que se ha prohibido salir del país, fue destituido el pasado 14 de diciembre por el Parlamento tras decretar la ley marcial.