Tensión diplomática entre Argentina y Rusia por un control de alcoholemia en Buenos Aires
La negativa de un diplomático ruso a someterse a una prueba de alcoholemia cuando viajaba por Buenos Aires en su vehículo, el día de Navidad, ha generado una fuerte tensión diplomática entre Argentina y Rusia.
Los agentes de tránsito pidieron al conductor del vehículo, con matrícula diplomática, que se detuviera en una vía del barrio porteño de Recoleta, pero este se negó a hacerse la prueba y a bajarse del auto, incluso a abrir la ventana, amparado en la Convención de Viena.
El caso escaló porque el representante del Gobierno de Moscú pasó varias horas encerrado en el automóvil, junto a otro ciudadano ruso, al parecer también diplomático, por lo que la embajada ha enviado una carta de protesta al Gobierno argentino.
Un portavoz de la embajada, Alexander Stebunian, afirmó a los periodistas que el incidente "fue una grave violación del derecho internacional".
"Los autos no fueron secuestrados. También hubo respeto porque en ningún momento se entró a los autos, con lo cual, si bien fue un procedimiento quizá demasiado largo, no se violó la Convención de Viena", indicó este jueves la ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, a Radio Mitre.
Bullrich explicó que, tras el incidente, se puso de acuerdo con el canciller Gerardo Werthein para enviar al lugar a la Policía Federal Argentina (PFA), con más autoridad que los agentes de tránsito, para que el vehículo pudiera "volver rápidamente a la embajada", sin violar la Convención de Viena.
La ministra afirmó que "podrían haber estado un poquito más abiertos los funcionarios de la embajada" y que "el ideal en estas circunstancias es poder llevar adelante el control", pero reconoció que "al estar en un automóvil y pedirles que se bajen o querer revisarlo, ahí se genera esta contradicción" porque los diplomáticos tienen inmunidad diplomática.
La Convención de Viena reconoce la inviolabilidad del territorio del país del diplomático, que incluye embajadas, residencias e incluso vehículos, y contempla que estos funcionarios no pueden ser objeto de registros, requisas o embargos.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, intentó quitarle peso al incidente y afirmó que el Gobierno se ha limitado a "simplemente dirimir si esto tenía inmunidad diplomática o no, o cuál era la situación en la que se lo había detenido".
"El Ministerio de Seguridad y la Cancillería enviaron al Departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal Argentina el caso para que se haga cargo de la situación y cumplir la Convención de Viena y las leyes que rigen las relaciones diplomáticas", agregó Adorni.
Añadió que, tras escoltar a los diplomáticos a la embajada, no ven que "esto tenga mayor implicancia que la que todos vimos desde el día de ayer con la detención del auto y cómo se los escoltó posteriormente a la embajada. Nada más que eso".