¿Dolarización?, ven similitudes de Bolivia con países que la discutieron
La dolarización es una medida que se debate con frecuencia en países que enfrentan crisis económicas o que temen hacerlo en el corto plazo. Ecuador se arriesgó a adoptarla a principios de 2000, y recientemente la propuesta comenzó a discutirse en Argentina, que atraviesa una hiperinflación.
En Bolivia, la alternativa es poco mencionada y existe un alto recelo hacia la misma de parte de los economistas. No obstante, el país tiene algunas similitudes con uno o los dos países antes mencionados, según señalaron entendidos en la materia en un conversatorio organizado por Diálogos al Café.
Estas semejanzas son un gobierno populista, tendencia por parte del Ejecutivo a negar la realidad, aumento de precios de la canasta familiar, dolarización informal, déficit fiscal continuo, entre otras.
El economista argentino Emilio Ocampo, coautor de un libro que aborda la dolarización, señaló que Argentina es un país donde “tenemos la tendencia de negar la realidad” y donde el Estado es el principal violador de las leyes. Esto genera incredulidad ante cualquier régimen monetario, “porque la gente sabe que las leyes no se cumplen”.
El sociólogo ecuatoriano Simón Pachano recordó que la “dolarización informal o escondida se produjo en Ecuador antes de la dolarización formal, y es algo que existe en Bolivia permanentemente, y en Argentina más que nada. Las transacciones importantes se hacen en dólares, y eso perjudica, principalmente, a los más pobres”.
Bolivia enfrenta una escasez de dólares desde febrero de este año que aún no se resuelve y que genera preocupación, sobre todo, en el sector del comercio exterior. El dólar paralelo hace unas semanas se cotizaba cerca de los 8 bolivianos (cuando el tipo de cambio oficial es de 6,96 bolivianos), pero las amenazas del Gobierno contra quienes osen vender la divisa estadounidense por encima del rango autorizado ha hecho más difícil encontrarlo.
Son más de tres meses que no se conoce el nivel de las Reservas Internacionales Netas (RIN), pero se presume que los dólares en efectivo se han agotado y serán reemplazados con desembolsos de la deuda externa o la disposición de reservas en oro.
Se estima que el déficit fiscal se repita por décimo año consecutivo en 2023, con un 7,5 por ciento negativo.
El caso de Ecuador
El expresidente ecuatoriano Jamil Mahuad señaló que la dolarización que se aplicó en su gobierno “fue la medicina correcta para ese paciente y en ese momento”. Explicó que se vio en ella una de las pocas opciones viables después de que se habían intentado varias recetas para resolver la crisis económica de finales de los 90.
“El problema es que cuando la población entra en pánico por los comienzos de una hiperinflación, la racionalidad no opera, cualquier incentivo económico no logra ser procesado”, dijo Mahuad. Recordó que los ecuatorianos acumulaban dólares ante la desvalorización de su moneda local.
Sin embargo, dolarizar el Ecuador no fue una decisión sencilla y se tuvo que sopesar tres aspectos clave: el técnico, el social (que la medida sea culturalmente compatible con la población local) y la viabilidad política (que se tenga apoyo mayoritario en el Congreso para sostener la política).
Además, el expresidente contó que se hizo un “check list” de las condiciones que se cumplían para aplicar la dolarización: economía abierta y vinculada a los dólares, un banco central independiente y manejo económico independiente al político.
Estas últimas características son ajenas actualmente al modelo boliviano, resaltaron en el conversatorio.
El caso de Bolivia
El exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Juan Antonio Morales, descartó la dolarización como una medida aplicable en el país y resaltó que la hiperinflación del 85 fue resuelta sin ese mecanismo, ya que “ningún sistema cambiario va a funcionar si no hay disciplina fiscal”. Es decir, gastar menos de lo que se gana.
No obstante, el investigador social Roberto Laserna sugirió que “quizás nuestra experiencia sirva para apuntalar el por qué no haber dolarizado en su momento puede estar causando un daño tremendo que nos está llevando al borde de una crisis”.
Acotó que en los 80 no se necesitó dolarizar, porque se aplicó disciplina fiscal y el BCB mantenía independencia con relación al Gobierno, y no como ocurre en la actualidad. “Cuando no hay eso sucede lo que estamos viendo: indisciplina fiscal enorme, reservas desperdiciadas, escasez de dólares y crisis de liquidez, mientras que los dólares están en el sector informal”.
Por último, el político y exalcalde de La Paz, Ronald MacLean, dijo que contar con un BCB independiente en la actual coyuntura política sería una excepción a la regla. “En un país como el nuestro, como Bolivia, tan proclive al populismo, yo creo que la dolarización sería un seguro de vida”.
Con relación a la hiperinflación del 85 (comparada con un periodo similar al que se comienza a vivir hoy en día), MacLean señaló que se salió de “una flotación sucia que se manejó bien”, se ingresó a un periodo de bonanza en las exportaciones, las cuales cayeron, y ahora se “raspa la olla”.
¿En qué consiste la dolarización?
La dolarización es un procedimiento mediante el cual un país reconoce el dólar estadounidense como moneda de curso legal exclusiva o acompañada de la moneda local. Se da cuando esta última ha perdido su valor, está debilitada o inestable por distintas causas.