Agropecuarios no saben dónde migrar por expansión caótica de huella urbana
Preocupado, sin opciones para trasladar 1.100 cerdos y con el tiempo en contra, así se encuentra Ascencio Mamani, propietario de la granja de San Lorenzo en el municipio de San Benito.
La desesperación por la presión social que ejercen sus vecinos, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) Senasag y la Alcaldía para que despoble la granja en cinco días, le ha quitado el sueño al dueño de la granja, más no las ganas de seguir trabajando.
Con nostalgia, recordó que hace 30 años, cuando compró el terreno para instalar la granja, la zona estaba rodeada de cultivos de maíz y otros productos. Estos con el paso del tiempo comenzaron a desaparecer para ser sustituidos por decenas de casas y vecinos que se quejan por los malos olores.
Aunque el área donde funciona la actividad económica todavía está catalogada como zona rural, el propietario de la granja señaló que la expansión de la mancha urbana lo está obligando a migrar, pero necesita más tiempo para reubicarse.
“No puedo sacar tantos chanchos en cinco días, necesito por lo menos un año para despoblar, por favor, no estoy encaprichándome, tan sólo pido un tiempo prudente”, solicitó.
Aunque el productor hizo lo posible para mitigar los malos olores con la construcción de una muralla y la contratación de personal capacitado para manejar los residuos líquidos y sólidos de los animales, estas medidas no fueron suficientes para los vecinos ni las autoridades municipales. Los pobladores, incluso, bloquearon la carretera troncal al valle alto para exigir el cierre de la granja.
“Todavía no cuento con un terreno, no sé a dónde ir, tengo que hacer infraestructura, no es fácil, no puedo hacer todo en cinco días, por favor, pido un poco de tolerancia, me voy a ir, pero necesito un año por lo menos”, pidió.
El caso de Mamani es uno de los tantos que refleja la realidad de cientos de productores agropecuarios en Cochabamba, que, por la falta de planificación y autoridad, se están quedando sin espacios para desarrollar sus actividades por el crecimiento acelerado de las urbes.
Si bien en el departamento al menos 400 mil productores todavía se dedican a la agricultura y a la crianza de animales para consumo, la falta de seguridad jurídica y condiciones para que trabajen pone en riesgo la provisión de carne, huevo y leche en regiones como el eje metropolitano y el valle alto, según representantes de diferentes sectores pecuarios (Ver infografía).
Sólo en la región metropolitana, que abarca de Sipe a Sacaba, desde 2015 a la fecha, la mancha urbana se amplió en 5.000 hectáreas, de acuerdo a varios reportes.
El gerente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Rolando Morales, alertó que la falta de consenso para ampliar la mancha urbana está ocasionando la migración forzada de productores y el cierre de granjas que generaban empleos.
“Hace más de cinco años, la zona sur de Cochabamba era una cuenca estrictamente lechera con miles de productores de leche, pero con la mancha urbana muchos han tenido que migrar más lejos y esas tierras se han vuelto de usufructo y vivienda”, mencionó.
En la última década, la producción de leche en el departamento bajo de 500.000 litros diarios a 320.000. El sector vive una crisis por diversos factores, uno de ellos es la pérdida de tierras productivas, de acuerdo a la CAC.
Morales comentó que la expansión de las urbes está afectando a avicultores, porcinocultores y a los productores de hortalizas, quienes se sienten desprotegidos, pese a la existencia de normas.
Porcinocultores
El presidente de la Asociación Departamental de Porcinocultores de Cochabamba (Adepor), Germán Aguilar, señaló que, pese a que la Ley 144 y el Decreto Supremo 1809 establecen que se tiene que proteger los enclaves productivos, ninguna autoridad se esfuerza por hacer cumplir la normativa vigente.
El gerente de la CAC indicó que, si bien la urbanización de enclaves agrícolas aumenta el costo de los predios, también repercute en la calidad de vida de la población, debido a que muchas veces se lo hace, incluso, sin dejar áreas verdes.
“Lamentablemente, ni la Gobernación ni los municipios se preocupan porque haya un modelo de desarrollo productivo industrial, no tiene un plan regulador. Hemos solicitado que se desarrollen complejos, lugares que nunca deben urbanizarse y se respeten las tierras agrícolas, pero falta voluntad para desarrollar”, manifestó.
Aguilar remarcó que las 150 unidades productivas que integran Adepor se esmeran por cumplir las exigencias ambientales del Senasag y la Gobernación, pero se requiere mayor apoyo para avanzar con las mejoras.
“La Gobernación sólo nos sanciona y molesta, los municipios nos persiguen con los procesos y clausuras, pero no hacen propuestas del tratamiento. En el departamento tenemos casi 150 productores de carne de cerdo que cada mes producen más de mil toneladas, lo que está en riesgo es la vocación productiva y la seguridad alimentaria”, aseveró.
El vicepresidente de la Asociación de Avicultores (ADA) de Cochabamba, Iván Carreón, recalcó que varios productores se trasladaron al cono sur o en otros casos migraron a otros departamentos por la falta de condiciones.
“Santa Cruz nos está desplazando, estamos pasando de ser productores a importadores de insumos, hacemos un llamado a las autoridades para que trabajen en favor del productor”, concluyó.
Las granjas buscan mitigar los olores
Con la implementación de biodigestores y piscinas de oxidación, algunas granjas en Cochabamba buscan reducir la generación de malos olores.
Técnicos entendidos en el área explicaron que usualmente los productores grandes y medianos invierten en medidas de mitigación ambiental, pero que a la fecha no existe ninguna tecnología que pueda eliminar totalmente los olores.